16 de junio de 2013

Balances de la noche.

Reescribo mis versos en medio de la noche,
no como Neruda los creó,
con musas y sueños.
Te escribo desde este rincón de matices
absurdos y parodojas inconclusas,
latidos y sentimientos arruinados por rutinas.

El piano suena como un quejido en medio de las sombras
incluso cuando te pierdes dentro de mí,
sin abrazos me escondo en medio de la cuidad gótica.
Tras la trinchera de la sobrevivencia.

Mientras tú vives un sueño artificial,
el otro lado del muro de Berlín.
Evitas vivir esta guerra fría
te destierras como profeta sin tierra
te hundes en los recuerdos quemados por el olvido.

Nadie es la mejor palabra que nos define,
fuimos nada y lo seguiremos siendo.
Tú por tu lado y
yo acá en la trinchera,
intentando abandonarme o abandonarte
¿al final el resultado es el mismo?.

No espero volver,
ya que no hay más camino que seguir.
Me gusta esta apología de sócrates,
nunca hubo sócrates...
solo palabras que el viento dejará atrás
como todo lo que vivimos.

Poema cuántico XXVIII - Apologías

El camino es largo 
como una pieza musical 
sin partitura sin fin. 

El abandono es un reflejo de una medida
ahogada de esperar, hundida en recuerdos, 
detenida en el sin fin del infinito.

Es el recorrer de un círculo, 
busca el  límite de los ceros,
encontrar la materia de neutrón
rozar la velocidad de la luz.

Ya es tarde, 
millones de fotones se han perdido
en medio de las llamas del infierno 
dantesco, congelado 
llamado entropía. 

Escribimos pasados y soñamos 
con futuros que pasaron 
en distintas dimensiones 
en otras vidas
en otros destinos.