15 de febrero de 2020

Arqueotipo XXXIII - Notas de un viaje desconocido

El tiempo ha pasado lento;
cada pregunta sin respuesta 
son una cicatriz sin cerrar. 
Las noches despiertan desde ese mar intenso
que quiere ahogarse.

La hora de partir ha llegado,
muchas lágrimas y explicaciones perdidas. 
Sueños de aeropuerto, 
caminos cruzados y vuelos para salir.
Millas perdidas, 
sueño congelados o esperando 
partir futuro o alternativo. 

Lluvias de nieve nostalgica, 
caen en la ciudad oscura. 
Límites proteccionistas, 
silencios quejumbrosos. 

Llegó la irremediable hora, 
esa hora que uno nunca espera, 
esa hora del fin inevitable. 
Tengo que de dejar ir, 
comenzar a guardar tus (nuestros) recuerdos. 

No es más que una parte de este juego, 
una señal de un fin. 
Cada sinfonía con esos violines anuncian
este fin inesperado,
para el paso del tiempo 
en este aeropuerto, 
donde llega este corazón fragil. 

Arqueotipo XXII - Vacío delator

La mente olvida y el corazón sana... 
CG


Hoy comenzamos a reescribir los versos, 
a revisar las raíces llenas de recuerdo. 
Esos recuerdos que resuenan en la mente
un eco que llena el vacío y no me deja dormir. 

Hay miedos que se escondieron al verte, 
y comienzan a reconquistar los territorios perdidos. 
Convertir los jardines en ruinas, 
otoños e inviernos napoléonicos. 

Esas sonatas de piano suenan ahora inmortales
en teatros vacíos sin público. 
El alma aún camina en el sendero
con un saco de esperanzas y proyectos inconclusos, 
explicaciones perdidas. 

Un golpe tras otro del viento 
resuenan en este espacio, en mi vacío 
mientras saco raíces nuevas 
convierto mi camino en un yo solitario.